Una ruta de mañana por la riviera del río Avia nos llevará a descubrir parte de todo el encanto que los pueblos de tradición vitivinícola como Esposende y San André guardan, avistando en el horizonte un mar de viñedos, adegas y pazos.
Las tierras del Ribeiro fueron y siguen siendo tierras de magia y encanto que cuentan con una extensión de 2.800 hectáreas y 109 bodegas –¡nada más y nada menos que el equivalente a unos 2.500 campos de fútbol!– llenas de historias por contar y descubrir, de un pueblo y una cultura cuyo sustento principal y fuente de riqueza ha sido el cultivo del viñedo, desde incluso antes del siglo II a.C., algo que también se evidencia en el descubrimiento de lagares que datan de esa época.
Los monjes benedictinos y cistercienses del monasterio de San Clodio, hoy convertido en un lujoso hotel, tuvieron un importantísimo papel impulsando la recuperación de la plantación de la vid del Ribeiro, aunque las variedades autóctonas ya existían antes. Descubriremos también qué papel jugó la comunidad judía de la zona para la difusión del buen nombre del vino do Ribeiro.
Para acabar la jornada, una visita obligada a la ciudad medieval de Ribadavia, en cuya casa consistorial se redactaron en el S.XVI las ordenanzas de elaboración del vino, consideradas por la Word Intellectual Property Organization las precursoras de las actuales denominaciones de origen de España y por tanto las más antigua del país.
Nos perderemos por sus empedradas calles, disfrutando de unos vinos en buena compañía en la 55ª edición de la Feira do Viño do Ribeiro, una fiesta de Interés Turístico Nacional donde se aúnan cultura, tradición y música.
Fecha: Sábado 28 de Abril
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