Expedición a Tailandia: el país de las sonrisas.
VOLTA MONTANA EN INDONESIA
Como ya sabéis, antes de crear Volta Montana, recorrimos Galicia durante casi un año para seleccionar las mejores rutas y compartirlas con vosotros. Pero lo que muchos desconocen, es que antes de esta etapa hemos estado recorriendo el planeta en busca de aventura. Es por ello que creamos esta sección, VoltaMontana por el mundo, donde queremos mostrar los lugares que hemos visitado, porque lo bonito, hay que compartirlo.
Hoy os contaremos como le fue a Pablo en su viaje a Indonesia en 2014.
Indonesia es un país enorme, de más de 17.000 islas y 250 millones de habitantes que hablan más de 360 lenguas diferentes y se reparten en tres husos horarios diferentes. Requiere que invirtamos mucho tiempo si queremos conocerlo medianamente bien. Por eso, y a pesar de estar un mes en el país, tan solo recorrimos una pequeña parte: Bali, Lombok y Sumbawa.
Bali
Es la isla más turística de Indonesia, así que visto eso decidimos ir al sur nada más aterrizar. Allí aun se puede disfrutar de playas tranquilas y pasar la noche en cabañas de pescadores.
A nivel de templos hindúes Bali destaca sobre las otras islas del país. Es importante resaltar que en Bali, a pesar de pertenecer a Indonesia dónde la religión predominante es el islam, un 90% de la población es practicante del hinduismo.
En Bali, un templo que destaca por encima del resto es Uluwatu. Un templo que se asoma al mar sobre unos espectaculares acantilados. Sus jardines están habitados por unos pequeños Macacos, que tienen por afición abrir mochilas y robar todo lo que encuentran, son muy pillos!
Uluwatu al fondo y sus peculiares moradores
Islas Gili
Después de varios días en Bali, nos dirigimos a la parte Este de la isla, para embarcar rumbo a la la costa de Lombok, donde se sitúan estas tres islas de peculiar nombre: las Gili, en concreto fuimos a Gili Air.
Una isla minúscula, donde no hay vehículos a motor y que se puede rodear paseando en media hora. Pero para nosotros la mejor manera es en bici.
Allí fue mi primer contacto con el buceo, una experiencia increíble que logró engancharme haciendo del buceo mi deporte preferido. Recomiendo Gili para bucear, pero fuera de la época de monzones, ya que debido a los sedimentos en suspensión, la visibilidad era de 2.3 metros!
Lombok
Esta isla es menos turística que Bali, pero a nivel naturaleza es bastante mejor bajo mi punto de vista.Tiene rutas brutales para ascender al volcán y las playas del sur son espectaculares. Nosotros íbamos buscando buenos puntos para hacer surf, y la zona sur de Lombok atrae surfistas del mundo entero, así que esa era nuestra isla!
Palau Sumbawa
Sumbawa es la isla de la derecha de Lombok, al lado del archipiélago de flores, donde está el dragón de Komodo. Punto de paso casi obligado si se quiere visitar el archipiélago. Para llegar cogimos un vuelo desde Lombok hasta el aeropuerto de Bima, y después en taxi hasta el puerto de Sape, y una vez allí, buscar el ferry a flores.
Esa es la teoría, que nos funcionó hasta llegar a Sape, donde nos tuvimos que quedar dos días puesto que los ferrys estaban amarrados por causa del oleaje. Al parecer el gobierno tomó la medida de parar por completo el tráfico de ferrys si el oleaje superaba los tres metros (ese día marcaba 7m). Aprovechamos la ocasión para recorrer las calles y sacar la cámara a pasear.
Nuestro amigo Ferran, siempre atento en busca del mejor plato de comida.
En las calles de Bima conviven en armonía cristianos y musulmanes
La pobreza está presente en todo el país
Vuelta a España
Visto que no conseguimos navegar a Flores para ver nuestro dragón, nos dirigimos a Lombok, a aprovechar los últimos días de surf, antes de regresar a España.
En este tipo de viajes, siempre hay que tener un plan B, sobretodo si se viaja en época de monzones. A nosotros, el ir a la aventura nos costó el perder unos preciosos días de playa y surf, pero de todo se aprende!
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Volta Montana en Filipinas
Adoramos Galicia, somos Galicia Lovers, pero nos encanta viajar también fuera de nuestras fronteras, es algo inherente a nosotros y casi casi una necesidad tan imperiosa como comer y dormir. Y esta necesidad nuestra, queremos compartirla también con vosotros, así que os iremos contando nuestros viajes por el mundo, y sobretodo enseñándoos muchas fotos.
Hace unos meses estuvimos en Filipinas, y escribimos nuestra experiencia en el blog «Equipaxe de Man». Así que transcribimos (y actualizamos) aquí nuestra experiencia.
Filipinas, islas de Corón y El Nido
Filipinas fue nuestro destino preferido para viajar el pasado noviembre, y pasar cerca de un mes de vacaciones aprovechando esta temporada, todavía sin lluvias y sin tifones en las islas.
La entrada al país fue a través del aeropuerto de Manila, del que, en cuanto pudimos, tratamos de escapar. Esquivando las paredes empapeladas con el eslogan nacional “It’s more fun in the Philippines”, metros donde los guardias de seguridad empujan hasta que todos están dentro, calles llenas de jeepneys, y el sol abrasador que te deja hasta heridas en la piel, por fin pudimos dejar atrás la ciudad.
Volamos en una avioneta que nos llevaría hasta la isla de Corón, uno de los mejores spots del mundo para bucear, donde casi casi podríamos estar solos, y dentro de lo que cabe, más o menos fue así. Uno de los criterios que normalmente usamos para saber si en un lugar hay mucho turismo o no, (además de los obvios), es ver si los niños locales te saludan o no, en caso afirmativo, interpreto que aún no están cansados de los turistas.
Ya en la isla de Corón, tienes la sensación de aterrizar en uno de los escenarios de la película Avatar, con esos cielos perfectos, relieves kársticos con vegetación verde y frondosa y con raras especies de animales y de árboles.
Sin duda, un destino bastante exótico, y eso sí, para los amantes del buceo, o al menos, del snorkel, ya que todas las actividades que se pueden hacer en la isla, tienen que ver con deportes náuticos. Si te marean los barcos, mejor no ir.
En el caso de no bucear, y llegases hasta la isla víctima de un engaño, tienes tres opciones:
- La primera es que te lances a la aventura y te saques el título Open Water, y vayas a bucear para ver barcos de guerra japoneses hundidos durante la Segunda Guerra Mundial. Más que recomendable.
- Contratar un tour de un día para recorrer las pequeñas islas que encontramos en Corón, y sus playas en una banca, la embarcación tradicional filipina
- Encontrar un barquero que te lleve a los puntos que tú quieras, escapando un poco de la masa 🙂 (vamos, unos 30 turistas por día)
Por suerte pudimos estar en la isla algún día más de los pensados, con lo que tuvimos tiempo para alquilar una moto (automática y de marchas, el terreno no está como para llevar scooters), y recorrer la isla. En estas situaciones es cuando te das cuenta de que realmente “It’s more fun in the Philippines”
- La sonrisa de esta gente es real, no como la que puedes percibir en Tailandia, quizás un poco menos auténtica.
Una excursión en moto por la isla puede hacerte sentir como la Reina de Inglaterra, saludando a cuanto niño te encuentras, y creedme, son muchos.
Llegas a playas vírgenes donde solo te encuentras a un par de vacas y un par de niños que luego vendrán a ver el color de tu pelo, o ese bikini raro que llevas.
Es curioso descubrir iglesias católicas como «Iglesia ni Cristo» en medio del Sudeste Asiático. Sí, en Filipinas son católicos.
O escuchar a hablar a un filipino en su lengua materna, el tagalo, y darte cuenta de que utilizan palabras como «cuchillo», «cuchara» y»tenedor», «uno», «dos», «tres», «amigo», o el mítico «para-para», usado para bajarte de cualquier transporte, herencia de su pasado de colonización española.
Después de Corón, cogimos una banca que en escasas 8 horas nos llevaría hasta la siguiente isla, la isla de El Nido, también famosa por ser un punto de buceo espectacular, pero que además, tiene otros muchos atractivos.
En esta isla nos quedamos alojados en una de las pequeñas cabañitas en la zona de Corong-Corong (no confundir con la anterior isla de Corón), desde donde cada mañana tomábamos un pequeño desayuno viendo salir el sol, justo en una de las playas más famosas de la zona, Cabañas Beach.
En Corong-Corong aprovechamos para escapar un poco del turismo, pero realmente aquí es un poco más complicado, ya que la zona estaba llena de españoles (tómese «lleno» como produncia); recorrer la isla en moto, saltar de playa en playa en kayak, visitar playas vírgenes donde unos holandeses instalaron sus bungalows-hotel, y comer platos típicos de origen español como Chicken-adobo, fueron las actividades de una semana intensa y divertida.
Recomendación final: llevad dinero en metálico, ya que a veces puede resultar difícil sacar dinero de los cajeros o incluso pagar con tarjeta de crédito, que nos lo digan a nosotros, que nos tuvimos que quedar en la isla más tiempo del debido (por algún misterio el espacio aéreo filipino estuvo cerrado durante varios días), así que tuvimos que andar ahorrando cada peso filipino para no quedarnos sin dinero.
En estos dos últimos años tuve la oportunidad de viajar a bastantes destinos del Sudeste Asiático, y de los que llevo por ahora, puedo afirmar que Filipinas es de momento el más interesante, por el verde de sus paisajes, porque casi está inexplorado, por la gente amable, la comida, playas, buceo, en definitiva,
Enlace al artículo original de Equipaxe de Man
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No te preocupes, sólo usaremos estos datos para comunicarnos contigo en referencia a este viaje.