Hay lugares donde la naturaleza y la fantasía se mezclan hasta volverse inseparables, Dolomitas, en el norte de Italia, es uno de ellos.
En cada uno de sus amaneceres y cada atardeceres, sus imponentes cumbres se tiñen de un color rosado mágico: conocido como la Enrosadira, un fenómeno natural que parece obra de hadas… o de reyes encantados.
La leyenda
Una belleza tan poderosa que, aunque fue maldecida, continúa apareciendo cada día
Dicen que todo comenzó en Catinaccio en donde se encontraba el jardín de rosas del rey Laurin. Este rey gobernaba a un pueblo de enanos que excavaban las entrañas de la montaña en busca de minerales preciosos, así como plata y oro. Además, el rey también poseía dos armas mágicas: un cinturón que daba la fuerza de 12 hombres y una capa de invisibilidad.
Un día el rey de Adigio decidió casarse con su bella hija Similde y por este motivo invitó a todos los nobles de los alrededores, a todos excepto al rey Laurino. Pero este decidió acudir de todas formas, pero de invitado invisible. Cuando vió a Similde se quedó impresionado por su belleza y se enamoró de ella instantáneamente y la cargó en su caballo y huyó a toda velocidad.
Los caballeros de la corte de Adagio se lanzaron inmediatamente para rescatarla, y rápidamente se alinearon frente al jardín de rosas. Entonces el rey Laurino se puso el cinturón, que le daba la fuerza de 12 hombres, y se lanzó a la lucha. Cuando estaba a punto de sucumbir, se puso su capa de invisibilidad y comenzó a saltar por el jardín, convencido de que nadie lo veía. Pero sus enemigos lograron alcanzarlo observando el movimiento de las rosas que lo seguían, y lo capturaron.
Laurino irritado por su derrota, se volvió hacía el jardín de rosas que lo había traicionado y le lanzó una maldición: ni de día ni de noche ningún ojo humano podrá volver a admirarlo, pero Laurino se olvidó del atardecer y el amanecer. Por lo que, el Catinaccio en estas horas del día se colorea como un jardín rosáceo de una gran belleza.
Así lo explica la ciencia
Cuando la luz y la naturaleza se alinean para crear magia en las cumbres
La explicación científica de este fenómeno, tiene que ver con la inclinación de los rayos del sol durante esas horas y junto con determinadas condiciones atmosféricas específicas. Estas variables y junto al color claro de la roca, hace que las montañas se tiñen de tonos rosados en cualquier época del año.
Pero este espectáculo de luz, es especialmente visible en verano, cuando los días son más largos. Y lo mejor de todo: no tienes que imaginarlo.
¡Hemos preparado un viaje a Dolomitas en esta temporada del año, en pleno julio!
¿Vienes a verlo con tus propios ojos??
No te preocupes, sólo usaremos estos datos para comunicarnos contigo en referencia a este viaje.