El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido es una joya de los Pirineos, y lo mejor de todo ¡Tiene un montón de certificaciones que lo acreditan! ¿No te lo crees? Pues sigue leyendo…
Este lugar se declara en 1918 como Parque Nacional del Valle de Ordesa, con una superficie total de 15.696,20 hectáreas y una zona periférica de protección de 19.196,36 hectáreas, para ponerlo en perspectiva, sería ¡Un poco más grande que la superficie de la isla de Menorca!!
Además, en 1966 se declararon alrededor del parque, las Reservas Nacionales de Caza de Viñamala y Los Circos para proteger la fauna y flora de la zona. Diez años después, en 1977, el parque se integró en la Red Mundial de Reservas de la Biosfera de la UNESCO dentro del programa MaB (Hombre y Biosfera).
Posteriormente a finales de los 70, la movilización ciudadana contra un proyecto hidroeléctrico que amenazaba el Cañón de Añisclo. Gracias a la presión social, las obras fueron detenidas en 1982. Tras esto, el Parque Nacional fue ampliado y clasificado como todos lo conocemos actualmente, el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, bajo la formalización oficial de la Ley del 13 de julio.
En el año 1988 es declarado zona ZEPA y ZEC, es decir, Zona de Especial Protección para las aves, y el segundo Zona de Especial Conservación. Años más tarde, en 1997, es declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO, abarcando los valles de Ordesa, Añisclo, Escuaín y Pineta, que rodean el Monte Perdido, siendo este el macizo calcáreo más alto de Europa. Asimismo, más tarde la UNESCO también lo declara como Geoparque de la Sobrarbe de los Pirineos, en el año 2006.
Más adelante, en 2017, fue declarado como Reserva Natural Fluvial. Además, se ha hecho un memorando de entendimiento entre el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido y el Parc National des Pyrénées en Francia. Igualmente, en diferentes años (1988, 1993, 1998, 2003, 2008 y 2018) ha recibido el diploma del Consejo Europeo de la Conservación.
Ordesa es un auténtico paraíso natural, que como pudiste observar, es reconocido con numerosos diplomas y certificaciones que avalan su valor ecológico y paisajístico. No es solo un lugar hermoso por naturaleza, sino también un espacio protegido que se ha ganado ese reconocimiento. Además, está repleto de rutas y senderos que invitan a explorar su belleza a pie, entre montañas, bosques y cascadas.
Entre sus rutas y rincones más emblemáticos resaltan la Cola de Caballo, la ruta del Valle de Otal y el Valle de Pineta, todas ellas con impresionantes vistas y rodeados de pura naturaleza. Un lugar perfecto para quienes buscan un verdadero reto de alta montaña.
La ruta de la Cola de Caballo, recorre el impresionante Valle de Ordesa entre hayedos centenarios, paredes rocosas y pequeñas cascadas de ensueño como la de la Cueva, el Estrecho o las Gradas de Soaso. Este sendero culmina de la mejor forma posible, con la impresionante Cascada de la Cola de Caballo, un espectáculo natural que te dejará sin palabras.
La ruta del Valle de Otal también es un imprescindible, comienza junto al puente sobre el río Ara, ascendiendo entre bosques y praderas hasta abrirse a un paisaje de cascadas, cumbres nevadas y tranquilidad absoluta.
Por último, el Valle Pineta un impresionante valle glaciar(en forma de «U»), ruta en donde el agua es la protagonista, en ella se encuentran majestuosas cascadas como la de Lalarri o la de la Cinca.
¿Quieres descubrir y recorrer estas rutas? Entonces, ¡explora nuestro itinerario y vive esta experiencia por ti mismo, no dejes que te lo cuenten, ven y disfruta!!
¡Te esperamos!!
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